Escrito por Felipe Hödar, Business Development LATAM

El incremento de energías renovables variables requieren la incorporación de flexibilidad

El sistema eléctrico chileno está atravesando un proceso de transformación en todos sus segmentos. Las generadoras tanto Utility como PMGD (Pequeños Medios de Generación Distribuida) están avanzando de manera acelerada en la descarbonización. Sin embargo, las líneas de transmisión y distribución no van a la velocidad que se requiere considerando las necesidades del sistema. Por otra parte, la generación distribuida va creciendo de manera paulatina, siendo que debiese tomar un rol más protagónico en la transición energética que vive el país.

Pero ¿Cómo llegamos donde estamos?

Si uno mira hacia atrás, en el año 2014 se publicó la política energética de largo plazo con el plan energético de Chile al 2050. Éste fue un hito importante en la transición energética del país, ya que definió una hoja de ruta clara, con objetivos, metas de corto y largo plazo, dando así mayor claridad al mercado energético y fomentado la inversión en este tipo de infraestructura crítica para el desarrollo del país.

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Hoy, la matriz energética y la generación eléctrica han cambiado, incluso superando los objetivos planteados en el plan energético del país 8 años atrás.

Analizando los datos, en el año 2014 el 3% de la electricidad del país se generaba con energía solar y eólica, y un 34% era suministrado por otras fuentes renovables (hidráulica y biomasa), mientras que un 64% correspondía a fuentes fósiles (carbón, gas y derivados del petróleo). 

Hoy, la matriz energética y la generación eléctrica han cambiado, incluso superando los objetivos planteados en el plan energético del país 8 años atrás. Como se puede ver en el gráfico, el año 2022, la generación renovable alcanzó el 56% del total de la generación eléctrica, la mitad de esta generación se genera de fuentes renovables variables como la solar y eólica, Adicionalmente, la demanda de energía aumentó un 19%, pasando de 70 TWh en 2014 a 83 TWh el año 2022, lo que hacen más meritorios los resultados, evidenciando una acelerada transición en la generación eléctrica del país.

La capacidad instalada en el país crece anualmente alcanzando hoy los 30,9 GW y están siendo las renovables las que lideran estas inversiones, con proyectos renovables en proceso de evaluación y declarados en construcción alcanzando cifras de 6,2 GW, evidenciando aún más el protagonismo que están tomando las renovables en nuestro sistema. El segmento PMGD también está jugando un rol importante, ya que casi el 40% (2,3 GW) de esos proyectos declarados en construcción y que próximamente se van a incorporar al sistema, corresponden a este segmento, siendo un pilar fundamental en la transición energética en estos últimos años. Es importante señalar que más del 95% de los proyectos PMGD corresponden a proyectos solares y eólicos.

¿Que ha funcionado y que no?

Analizando la evolución del mercado en la generación eléctrica, se podría concluir que la política energética está generando resultados favorables en acelerar el cambio hacia una descarbonización en la matriz energética, en donde existe un marco regulatorio y una política energética que mantienen su objetivo de largo plazo, alcanzar un 70% de la generación eléctrica en base a fuentes renovables, esto se mantiene independiente de los cambios en los sectores políticos que lideran el país. Por ende, en el segmento de la generación se han visto positivos resultados en los últimos años. 

El sistema completo consta de diversos segmentos adicionales a la generación, como son la transmisión, distribución y la generación distribuida. 

El segmento de transmisión juega un rol fundamental, ya que es la principal vía de transporte de energía desde las zonas de generación hacia los puntos de consumo, permitiendo así el flujo de energía desde al norte y sur del país (alta generación solar y eólica) hacia el centro del país (principal zona de consumo). Desafortunadamente, los plazos de ejecución de proyectos en transmisión toman tiempo (alrededor de 10 años), ya que requieren expropiar terrenos, relacionarse con las diversas comunidades afectadas, obtener permisos ambientales en las diferentes jurisdicciones y la ejecución del proyecto propiamente tal. Es por esto que los tiempos de implementación no son óptimos para el sistema. 

Por otra parte, los proyectos de distribución se van desarrollando en función de la demanda que va requiriendo en el país, es decir, polos de desarrollo inmobiliario o industrial y/o ajustes a las redes existentes en función de los ajustes en distintas zonas. Al igual que en transmisión, las distribuidoras se van ajustando y adaptando a cambios que ocurren, pero generalmente, sin la velocidad y flexibilidad necesarias para incorporar nuevas tecnologías y fuentes renovables.  

Hay que considerar que transmisión y distribución fueron diseñados para un flujo unidireccional, desde grandes centrales de generación hacia los puntos de consumo. Sin embargo, el mercado ha ido cambiando su estructura y la flexibilidad de los activos que interactúan en el sistema eléctrico comienza a jugar un rol relevante, permitiendo tener flujos de energía bidireccionales para permitir mayor participación de las renovables.

Por último, la generación distribuida representa una baja participación en la generación (menos de un 1% de la energía generada) y debe tomar un rol más protagónico. Cuando hablamos de generación distribuida, nos referimos a aquella energía que se genera en el lugar donde se consume, por ejemplo, una casa o industria que instala paneles solares y consume esa energía en esa misma instalación, logrando un “óptimo económico” ya que se evita el costo asociado al  transporte. La ley de netbilling ha logrado fomentar este tipo de proyectos, pero sigue siendo la generación “centralizada” la que suministra electricidad al país.

 

¿Cuáles son los desafíos y oportunidades?

Uno de los principales desafíos que tiene el país es cómo lograr aumentar la participación de las renovables en un escenario donde el vertimiento de energía renovable está aumentando año a año. El 2022 el vertimiento alcanzó 1,5 TWh, 3 veces mayor al año 2021, lo que demanda una pronta solución. Considerando la cantidad de proyectos en proceso de pruebas y en etapa de construcción (principalmente solares y eólicos) la tendencia del vertimiento no se ve muy favorable y es probable que esos valores sigan aumentando en los próximos años.     

A fines del año pasado, se promulgó la ley que fomenta el almacenamiento y los vehículos eléctricos, dando los primeros pasos en dar una solución al creciente vertimiento que existe en el país. Sin embargo, el reglamento (que es lo que finalmente dicta cómo se remuneran estos activos) sigue pendiente y durante los próximos meses se debiese tener mayor claridad del marco regulatorio para este tipo de soluciones. Con ésto en régimen, se debiese esperar el desarrollo de proyectos que incluyan almacenamiento, para dar respuesta a las necesidades que tiene el sistema actualmente. Como prueba de esto, ya se están viendo algunos proyectos en estudio de impacto ambiental que consideran baterías para proyectos “stand alone” y proyectos híbridos (planta solar con almacenamiento).

Existen también oportunidades a escala distribuida. Por una parte, los PMGD pueden ser parte importante de la solución y el almacenamiento en este tipo de proyectos va a darle mayor flexibilidad al sistema central y las redes de distribución, mejorando la calidad de suministro. Por otra parte, la generación distribuida debe aumentar su participación, abriendo así nuevos modelos de negocio y mercados para seguir fomentando la generación renovable.

 

 ¿Cómo podemos ayudar en este desafío que tiene Chile?

Considerando las excelentes condiciones que tiene Chile para el desarrollo de energías renovables, un plan de largo plazo con objetivos claros en reducir las emisiones y un marco regulatorio estable, hacen que el almacenamiento se perfile como una tecnología fundamental para entregar la flexibilidad que requiere el sistema eléctrico y así incorporar de la mejor manera nuevos proyectos renovables que ingresaran durante los próximos años.

En Evergen, ya estamos ayudando en la transición energética de varios países y mercados. Nuestro software entrega diferentes soluciones en función de las necesidades de los mercados. Actualmente trabajamos con empresas generadoras, comercializadores de energía, instaladores de proyectos renovables, distribuidoras y fabricantes de baterías por mencionar algunos. Nuestra plataforma permite agregar diferentes activos (plantas solares, baterías, red eléctrica, etc) y monitorear, generar reportes, controlar y gestionar de manera remota. Junto con esto, hemos desarrollado un software que permite gestionar la batería de manera óptima tanto para behind the meter (BTM) como para front the meter (FTM), tomando en consideración variables como el precio de la red en tiempo real, condiciones meteorológicas, demanda y hábitos de consumo entre otros. 

Vemos el mercado chileno como una tremenda oportunidad para compartir nuestra experiencia en optimización y orquestación de activos de almacenamiento distribuidos en Australia y poder adaptar nuestras soluciones a la realidad local, ya que a nuestro entender, la única forma de poder dar una solución escalable al problema de cambio climático que estamos atravesando es la colaboración.

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